Han sido muchos los que han afirmado que tras el Congreso de Valencia de julio, el partido de la oposición no sólo renovaría las formas y la estrategia para llegar al ciudadano español, sino que también cambiaría los principios del partido, desconcertando a muchos militantes y simpatizantes del centro-derecha. En estos últimos meses hemos podido comprobar que no es cierto que el Partido Popular cambie sus convicciones políticas y morales, y un hecho claro por ejemplo es como aún se defiende en este partido el valor de familia.La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha dicho reiteradamente que ella se opuso en su momento a la presentación de un recurso de inconstitucionalidad contra los matrimonios homosexuales. Además, otras voces del partido madrileño como Cristina Cifuentes, vicepresidenta de la Asamblea de Madrid, presentó una enmienda a la ponencia política, pidiendo que desde el PP se apoyara "la igualdad de las diferentes formas de familia, alejadas del modelo tradicional"."Nuestro objetivo no es heredar a la izquierda, sino ganarle en las urnas y sustituirla democráticamente” diría el ex presidente Aznar, y así quedó demostrado en la ponencia política, a pesar de las críticas desde Madrid, pues no hubo debate en los principios y valores en los que se sustenta el primer partido de la oposición, que es la esencia de esta fuerza política, lo que le diferencia del Partido Socialista y de las gentes de izquierdas. Ha quedado patente en este congreso que el Partido Popular no es un partido homofóbico, todo lo contrario, y que a la vez defiende el valor de familia tradicional.De todos los cambios que ocurren ninguno es más importante que los sucedidos en nuestra vida privada, en la sexualidad, en las relaciones amorosas, en el matrimonio y la familia. No podemos negar que existe una revolución mundial, entendido el término revolución como cambio radical, en la cuestión fundamental de formación de lazos y relaciones con los demás. Sí hay que señalar que esta revolución se está dando de forma desigual en diferentes culturas y países, aunque sí existe en todos ellos un debate intenso sobre la libertad sexual. La unión y convivencia entre dos personas es fruto de una larga tradición histórica en la que la dimensión natural, sociológica, política e indudablemente sacral o teológica han ido aportando y contribuyendo a la institucionalización de la familia fundada exclusivamente en el matrimonio. Estamos hablando de un tipo de familia muy perfilada por el derecho eclesiástico, los teóricos del derecho civil y las leyes de los diversos Estados, y que es fruto de la sabiduría de siglos que hoy todavía conserva en gran medida todo su valor. En la actualidad, el Matrimonio religioso como Sacramento de la Iglesia Católica se está viendo afectado por la creciente secularización y por continuas olas de laicismo radical, que llevan a que las parejas se estabilicen mediante el matrimonio civil, o simplemente, mediante la unión de hombre y mujer sin pasar por el juzgado o el altar. Con respecto a esta cuestión, la sociedad española actual es bastante plural, ya que podemos observar como han aumentado y aparecido, incluso dentro de nuestro ordenamiento jurídico, distintas situaciones en las relaciones sexuales de pareja entre dos sujetos, sean bien de igual sexo o diferente. La sociedad civil se encuentra ante dos retos, la familia extramatrimonial y la unión entre homosexuales.Con respecto al concepto matrimonio, y quedó patente en el Congreso de Valencia, quisiera señalar que éste sólo puede ser entre hombre y mujer, ya que etimológicamente la palabra matrimonio está totalmente vinculada al término mujer fecundada. El artículo 32 CE, “El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica” deja abiertas varias incertidumbres sobre el concepto matrimonio, ya que como podemos apreciar es un precepto muy incompleto, que sólo afirma como nuestra Constitución garantiza esta institución. Debido a un importante proceso histórico-jurídico, el matrimonio siempre ha tenido como características básicas el carácter contractual, la monogamia y el elemento heterosexual. Además, hay que mencionar la dimensión de procreación como fin primordial del matrimonio, que actualmente se está perdiendo. Por lo tanto, no podemos dejar de citar la ley 13/2005 sobre “matrimonio” homosexual realizada por el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero en la anterior legislatura. Esta ley ha eliminado el requisito heterosexual. El Partido Popular, que sin duda alguna lo va hacer en este nuevo rumbo, alza la voz y afirma que los homosexuales tienen derecho al desarrollo de su personalidad y sexualidad en el aspecto jurídico civil al igual que el heterosexual, pero también afirma que esta ley tiene varios puntos deficientes como el llamar a estas parejas matrimonio y no unión homosexual o incluso el tema de la adopción, que destruye el valor de familia tradicional y que convierte al niño en un experimento sociológico, negándole el derecho a tener un padre y una madre. Es en este momento cuando se cuestiona, desde el análisis jurídico-político, si esta norma jurídica es inconstitucional como planteó el grupo parlamentario popular. Sí es verdad que el art 32 CE carece de contenido jurídico con respecto a un posible matrimonio homosexual, abriendo una laguna constitucional sobre el tema. A pesar de ello, la jurisprudencia del Tribunal Supremo (19/04/91), de la Dirección General del Registro Notarial (2/10/88) o el mismo Tribunal Europeo de Derechos Humanos o el Tribunal Constitucional Español siempre ha asumido el requisito heterosexual dentro del matrimonio.El Partido Popular no deja de defender la bandera de la familia, señalando que es uno de los principios fundamentales de nuestra sociedad, tanto como institución socializadora y educadora. Cree en la familia tradicional fundada exclusivamente en el matrimonio, porque es un principio que infunde valores, compromiso, estabilidad social y sobre todo unidad en los lazos amorosos y sexuales.No discute ni critica las demás posibilidades dentro de las relaciones de pareja, es más las respeta y las considera como elemento de evolución, progresismo en nuestra sociedad y característica imprescindible de un Estado democrático que ampara la libertad sexual. Aunque sí reitera su posición y compromiso con respecto a la familia tradicional, señalando su importancia y gritando a favor de su conservación frente a los órganos gubernamentales del Estado español.No ha habido cambios ideológicos. En esta nueva etapa se va a defender lo que siempre hemos defendido, una España como única nación de personas libres e iguales, la lucha contra el terrorismo sin ninguna negociación política con los asesinos, el Estado de Derecho y el imperio de la ley, y como no, el valor de familia, que parecía ser uno de los principios y valores que iban a caer en este decimosexto congreso popular y que diputados como Eugenio Nasarre, Jorge Fernández, Ángel Pintado, José Eugenio Azpiroz, y el senador Luis Peral y el mismo presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, han conseguido ganar la batalla para seguir defendiendo a la familia sin dejar de creer en la libertad sexual y en el desarrollo de la personalidad del individuo, gritando a favor de la pluralidad en las relaciones de pareja como derecho subjetivo, pero, eso sí, sin tratar de erradicar el principio matrimonial como opción posible.